“Es clave actuar durante las primerísimas horas de haber sufrido un ictus“. Este fue el mensaje “más importante” que el Dr. Ángel Chamorro, director de la Unidad de Ictus del Hospital Clínic, pronunció en la última conferencia del ciclo Fòrum Salut Clínic de 2016, celebrada recientemente en una atiborrada Sala de Actos Farreras Valentí . La charla llevaba el título “¿Qué sabes del ictus?”.

Hospital Clínic / Durante la conferencia, el Dr. Chamorro pidió que levantaran las manos todos aquellos asistentes que hubieran sufrido un ictus. Fueron pocas las manos alzadas y grande sorpresa del ponente, ya que el ictus es una enfermedad muy prevalente: en Cataluña, es la primera causa de muerte en las mujeres y la tercera en los hombres. Cada año, se diagnostican más de 13.000 casos, 1.300 de los cuales en pacientes más jóvenes de 55 años. Aunque se sobreviva al ictus, un 45% de las personas afectadas tendrá una discapacidad motora, sensitiva, cognitiva, del habla o de la comprensión con graves repercusiones en la calidad de vida.

Depende de la zona del cerebro donde se encuentre la lesión, quedará afectada una u otra capacidad

“Si todo el mundo viviera hasta los 85 años”, dijo el doctor, “uno de cada cuatro hombres y una de cada cinco mujeres sufriría un ictus”. Por otra parte, recordó que contra lo que se cree habitualmente, el ictus no afecta sólo a las personas mayores: en Cataluña, 900 niños conviven con una discapacidad causada por esta enfermedad.

Los síntomas más habituales que provoca esta enfermedad son alteraciones de la fuerza, de la sensibilidad, del lenguaje, de la visión o del equilibrio. Depende de la zona del cerebro donde se encuentre la lesión, quedará afectada una u otra capacidad. Es por ello que, tal y como dijo el ponente, “dos personas diagnosticadas con un ictus pueden tener una sintomatología muy diferente”.

Sufrir un ictus significa que un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se ha roto o ha quedado taponado. Cuando esto ocurre, la sangre no llega a una determinada zona del cerebro, de modo que las células nerviosas afectadas no reciben oxígeno y mueren. De ahí la importancia que el Dr. Chamorro otorga a la necesidad de actuar con la máxima rapidez: “por cada minuto que la sangre no circula por la cabeza, se pierden dos millones de neuronas”.

Si se actúa con rapidez, los tratamientos que hay para “desatascar” los vasos sanguíneos obturados pueden ser efectivos. “Tenemos medicación capaz de deshacer los coágulos y conseguir que la sangre vuelva a fluir, y cuando esto no funciona, podemos utilizar la trombólisis mecánica”, dice el doctor. Esta técnica consiste en llegar a la obturación mediante una herramienta que permite la retirada del émbolo.

El Dr. Chamorro fue especialmente insistente en la necesidad de la prevención: “el mejor tratamiento para el ictus es no tenerlo, dijo. Con este axioma, el ponente quería poner énfasis en la prevención, gracias a la cual disminuyen las posibilidades de sufrir esta enfermedad.