Carlos Lurigados

Socio fundador y director general de FreeOx Biotech

Veterinario y farmacéutico por la UAB y con un Master de Gestión de Proyectos por La Salle-URL, Carlos Lurigados ha trabajado desarrollando fármacos y consiguiendo licenciarse a otras compañías o registrarlos en varios países. Después de pasar por Biocat como jefe de emprendimiento –donde promovió la creación de varias start-up– fundó FreeOx Biotech en marzo de 2017.

FreeOx Biotechspin-out del Hospital Clínico de Barcelona-IDIBAPS, desarrolla fármacos que actúan reduciendo los procesos de estrés oxidativo en el organismo, especialmente los relacionados con el sistema neurológico y cardiovascular. A pesar de haberse constituido recientemente −en marzo de 2017−  su pipeline cuenta ya con dos moléculas. Una de ellas, Ox-01, ya ha finalizado la Fase IIb de desarrollo clínico en 421 pacientes con ictus. De momento los resultados son prometedores, el 69% de los pacientes con trombectomia mecánica volvieron a ser totalmente autónomos tras tratarse con Ox-01.

¿Por qué quisiste ser emprendedor?

Hay dos motivos muy claros y complementarios: 1) Me apetecía mucho; y 2) FreeOx es una oportunidad única en cuanto a sus socios fundadores, la aproximación científica, el estadio de desarrollo y el reto que supone llegar al mercado y ofrecer un primer tratamiento first in class en ictus, primera causa de mortalidad en mujeres y sin casi ninguna opción terapéutica hoy en día.

Además, por mi trayectoria profesional, la dirección de un proyecto como FreeOx me permite aplicar y poner en valor el conocimiento y experiencia adquiridos a lo largo de muchos años.

¿Cuál ha sido la decisión estratégica más importante que has tomado hasta ahora?

Como director general debes tener muy claro que justamente tu función es tomar decisiones y asumir responsabilidades. En este sentido, en una start-up es importantísimo desde el inicio decidir qué actividades son las que en cada momento aportan más valor a la compañía; los recursos son muy escasos y tienes que elegir muy bien dónde se invierte. En las etapas iniciales nosotros hemos priorizado la selección de los mejores colaboradores para aportar valor en ámbitos claves en este tipo de compañías: propiedad intelectual, aspectos regulatorios, aspectos legales y financiación.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

Uno que comparto al cien por cien: la clave principal de éxito de cualquier proyecto es el equipo. Hay más factores pero este es el origen y final de todo, y todo pasa por el equipo. A lo largo de mi trayectoria profesional he podido constatar este hecho: un buen equipo es imparable. Por tanto, modestamente aconsejo a cualquier proyecto o compañía rodearse de gente que se involucre, comparta, tome decisiones, se responsabilice de éstas (sobre todo de los fallos) y que tenga sentido del humor. Todo esto puede que no asegura el éxito, pero se acerca mucho.

¿Y ahora qué? ¿Qué hitos te has marcado alcanzar a corto plazo?

No es muy común que una start-up disponga de un producto que haya finalizado la fase IIb con unos resultados tan prometedores y en una enfermedad tan necesitada de opciones terapéuticas como es el caso del ictus. En este sentido nuestro principal objetivo a corto plazo es consolidar este trabajo e incrementar su valor mediante la adaptación a los criterios regulatorios y de mercado para hacer el producto más atractivo a potenciales licenciatarios. A medio plazo, y hablo de unos cuatro a cinco años, queremos que Ox-01 esté en las farmacias hospitalarias como una opción terapéutica para los pacientes con ictus.